Tendinopatía del Tibial Posterior: Entendiendo el dolor, las causas y la clave para una recuperación efectiva

La tendinopatía del tibial posterior es una condición dolorosa que afecta una estructura tendinosa clave en nuestro pie. Se define como cualquier proceso inflamatorio y/o degenerativo que genera dolor en el tendón del tibial posterior. Comprender cómo se produce es fundamental para abordar esta lesión de manera efectiva.

¿Cómo se origina la Tendinopatía del Tibial Posterior?

Las tendinopatías generalmente son consecuencia de un aumento repentino y no controlado de las cargas que soporta el tendón. Existen tres tipos principales de cargas que pueden contribuir a su desarrollo:

Cargas Tensiles. Exceso de estiramiento o tracción en el tendón.

Cargas de Cizalla. Fuerzas paralelas que actúan en direcciones opuestas a través del tendón.

Cargas Compresivas. Presión excesiva sobre el tendón.

Por lo tanto, podemos definir la tendinopatía del tibial posterior específicamente como una sobrecarga mecánica de este importante músculo y su tendón.

Entendiendo la anatomía para comprender la causaÂ

Para entender cómo ocurre esta sobrecarga, revisemos brevemente la anatomía del tibial posterior. Este músculo se origina en la parte posterior de la tibia y el peroné, transicionando a tendón en el tercio inferior de la pierna. El tendón se desprende completamente de sus fibras musculares a nivel del retináculo flexor, continuando su trayecto hasta insertarse principalmente en el hueso navicular, con expansiones hacia los cuneiformes y del segundo al cuarto metatarsiano.

La función crucial del Tibial Posterior

El tibial posterior desempeña un papel fundamental en la biomecánica del pie y el tobillo. Realiza movimientos de inversión del tobillo y supinación del antepié. Sin embargo, su función más importante radica en el mantenimiento del arco longitudinal medial del pie, la curvatura interna que nos proporciona amortiguación y equilibrio.

La pronación excesiva: Un factor de riesgo clave

Cuando el pie presenta un retropié pronado (el tobillo se desvía hacia adentro), el tendón del tibial posterior, que pasa por debajo del hueso navicular, se ve sometido a una tensión significativa. Esta carga aumenta aún más cuando el pie intenta adaptarse a las irregularidades del terreno durante la marcha o la actividad física.

Es común observar la aparición de esta tendinopatía después de que una persona comienza una actividad física nueva o retoma el ejercicio tras un período de inactividad. Imagina la carga adicional que debe soportar el tendón cuando un retropié ya está pronado y se le suma una demanda repentina de actividad. Si el tendón ya tenía dificultades para manejar las cargas básicas, la nueva actividad puede ser el desencadenante.

La Tendinopatía: Una consecuencia, no la causa principalÂ

Es crucial entender que la tendinopatía del tibial posterior no suele ser el origen primario del problema, sino más bien la consecuencia de una alteración biomecánica subyacente. El enfoque del tratamiento debe dirigirse a trabajar las estructuras que han colapsado, en la medida de lo posible, y a reeducar al tibial posterior en una nueva biomecánica funcional.

Por lo tanto, si no se abordan y adaptan las cargas que están causando la sobrecarga, la mejoría será limitada y temporal, incluso con el uso de terapias como ondas de choque, ultrasonido, TENS u otras modalidades modernas. La raíz del problema reside en un desequilibrio mecánico que necesita ser corregido.

    ¿Cómo abordar la Tendinopatía del Tibial Posterior? Un enfoque integral

    La resolución de la tendinopatía del tibial posterior comienza con una evaluación exhaustiva que incluya:

    1. Movilidad general del pie y tobillo: Evaluar rangos de movimiento y posibles restricciones.
    2. Déficits funcionales – Mecanismo de Windlass: Analizar la correcta activación y función de la fascia plantar y su relación con la flexión dorsal del primer dedo.
    3. Hábitos y rutinas: Considerar el tiempo de inactividad (estar parado o sentado), el número de pasos diarios y el tiempo dedicado al ejercicio.
    4. Actividades diarias, laborales y de ocio: Comprender las demandas físicas a las que se somete el paciente.

    En base a esta evaluación, se determinará un plan de tratamiento individualizado que puede incluir:

    Ejercicios de movilidad:

    Mejora de la movilidad de tobillo en dorsiflexión, que suele estar limitada.

    Abordaje de la rigidez de la primera articulación metatarsofalángica.

    Fortalecimiento muscular:

    Ejercicios específicos para el peroneo largo.

    Fortalecimiento del tibial posterior.

    Ejercicios claves para musculatura intrínseca del pie

    Trabajo de la cadena posterior (isquiotibiales, glúteos).

    Fortalecimiento de la musculatura proximal afectada (cadera, core).

    Adaptación de cargas:

    Esto es crucial y significa NO REPOSO absoluto, sino una modificación inteligente de la actividad para permitir la curación sin desentrenamiento.

      ¿Cuánto tiempo lleva la recuperación?

      El tiempo de recuperación de una tendinopatía del tibial posterior suele oscilar entre 6 y 12 semanas. Sin embargo, como siempre menciono, estos son solo plazos aproximados, ya que cada caso es único y la respuesta al tratamiento puede variar significativamente entre individuos.

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